Érase una vez un niño que se llamaba David. Le gustaba mucho leer, todos los días leía. Un día fue a la biblioteca y cogió un libro, pero no sabía que el libro era mágico. Después de una semana empezó a sospechar porque nunca acababa de leerlo.
Un día le dijeron que estaba castigado sin leer y que saliera a la calle. Salió pero el libro le perseguía porque era mágico. David le dijo a su amigo Iván que creía que el libro era mágico pero Iván no le creyó porque el libro se había escondido.
Al día siguiente David salió e Iván también. Iván vio el libro y se dio cuenta que de verdad era un libro mágico, puesto que era interminable, nunca se acababa. Al instante Iván se disculpó a David por no haberle creído. Fin
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