sábado, 17 de marzo de 2018

CUENTO: "ASÍ ES MI MUNDO"

Desde hace ya varios años, se llevan a cabo sesiones de cuentacuentos en nuestro centro escolar por parte de la Fundación CEPAIM, trabajo que incluye en su "Programa para la Promoción de la Integración y la Convivencia Intercultural en el Ámbito Educativo" - financiado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social a través de su Dirección General de Migraciones (DGM) y cofinanciado por el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI).

Con ellas pretende:
  • Promover valores como la solidaridad, la igualdad, empatía, humildad, interculturalidad, paz, honestidad y defensa de los Derechos Humanos y la diversidad, además de inducir emociones positivas.

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Este año los niños de 1º, 2º, 3º y 4º de Ed. Primaria, tuvieron la suerte de escuchar y disfrutar con el cuento que podéis leer a continuación.






"ASÍ ES MI MUNDO"


Siempre nos han dicho que el mundo se mueve por la fuerza que el sol ejerce sobre la tierra, y eso hace que existan las estaciones, los meses de lluvia, de sol, de frío y de calor, las noches largas de verano y las cortas de invierno. Los osos duermen durante meses, las flores florecen en un determinado momento del año, y las hojas de según qué árboles se caen en otoño... ; así es la vida, nos dicen, "EL MILAGRO DE LA VIDA", pero lo que casi ningún ser vivo de este planeta sabe es lo que hace que todo esto funcione así, y hoy yo os lo voy a contar, es un secreto, no se lo podéis decir a nadie...

Lo que hace que la vida sea vida, que todo esto funcione es la MAGIA, sí, la magia que habita en los niños/as, la magia de la imaginación, imaginación que llena este mundo de miles de mundos diferentes y todos ellos repletos a rebosar de magia.

Desde el principio de los principios, una viejecita provista de bastón y su cofre mágico camina por el mundo recogiendo esa magia que sólo los niños/as tienen, esa magia que hace que todo esto funcione, luego ella en su pequeña cabaña del bosque la deposita en una tubería de miles, qué digo de miles, de cienmiles, qué digo de cienmiles, de milmiles... de kilómetros, repartiéndola por todos los rincones y provocando todo lo que hoy sabemos que pasa en nuestro mundo, haciendo que todo esto funcione.

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Maia, que así es como se llama nuestra viejecita, que significa magia, sale cada mañana a caminar en busca de magia, cuando ve a un niño o niña se acerca, abre su cofre mágico "recogemagia" y le pregunta:

- ¿Cómo es tu mundo?

Los niños/as responden cosas de lo más imaginativas, y casi todas diferentes, pues cada uno las cuenta a su manera y según su imaginación, eso sí, los que más magia tienen son aquellos/as niños/as pequeños que mantienen toda la magia que se puede tener dentro de un cuerpo.

- Mi mundo es un mundo de colores, los árboles son de millones de colores, y además hablan, susurran cuentos cuando te sientas a su lado con los ojos cerrados, es que son muy vergonzosos y no quieren que les veas contar historias con sus enormes labios - le dijo una vez un niño a Maia en un país de Asia.

- Pues en mi mundo viven un montón de seres diminutos, chiquininos, renacuajos, que son amigos de las hormigas y que se encargan de llevar las gotas de agua desde el mar hasta las nubes, es que saben volar, yo los he visto - le dijo una vez una niña de un pueblecito extremeño.

- Y mi mundo es un mundo en el que las flores crecen con los besos de los niños/as, y mientras más besos des más flores crecen, y según el color del beso es el color de la flor, y según la duración del beso así es el tamaño de la flor; y si el beso es de rabia, la flor tendrá pinchos, y si es un beso de amor, la flor olerá maravillosamente bien... - esto se lo dijo una niña de color en el continente africano. Allí los niños/as tienen mucha imaginación.

Allí en ese mismo continente otro niño le dijo a Maia:

- Mi mundo es un mundo en el que hay un mundo que es invisible, y cada vez que entro en este mundo invisible yo me convierto en invisible, y todo en ese mundo invisible que está dentro de este mundo que se ve es invisible, y la gente se habla con palabras invisibles, y se alimenta de comida invisible, y se viste con ropas invisibles; y llueve lluvia invisible, y los árboles son invisibles. Allí lo único que es visible son los besos, que son de colores; cada vez que uno besa salen chispas de colores que colorean el aire, a veces hay tantos besos que el aire parece un enorme arcoiris visible.

Imaginaos la cantidad de magia que Maia recoge viajando por todo el mundo y hablando con todos estos niños/as.

Pero en unos de sus viajes le ocurrió a Maia algo increíble, pero increíble no de bueno, sino de todo lo contrario. Caminando por la calle de una antigua ciudad del continente asiático se encontró con una niña que jugaba descalza en la calle con un balón hecho con trapos viejos, Maia se acercó a ella y le preguntó:

- ¿Cómo es tu nombre?

- Noa, respondió ella.

- ¡Qué bonito nombre - dijo Maia -, y Noa, me puedes contar cómo de tu mundo.

Y cuando Maia le hizo esa pregunta a Noa, ésta dejó de jugar con su pelota de trapo, se sentó en una piedra que había al lado del camino y con la cara triste comenzó a hablar:

- Mi mundo es un mundo lleno de ruidos, ruidos de todo tipo, a cuál de ellos más fuerte y más feo, el único ruido bonito que se escucha cuando no hay ruido es el silencio.

- Mi mundo es un mundo lleno de gente que va y viene, sin saber bien dónde va ni de dónde viene; gente que camina huyendo de aquí y de allá, de estos y de aquellos, gente que simplemente camina. Mi abuela dice que están jugando a un juego, se llama el que se pare pierde. La verdad, a mí no me gusta nada.

- Mi mundo es un mundo en el que unos pájaros enormes de hierro han echado del cielo a los pájaros de colores, que sólo vuelan cuando se escucha el silencio.



- En mi mundo hay un montón de castillos, pero todos deben ser muy antiguos, porque están destrozados, o al menos eso dice mi abuela, que por lo menos tienen 1.500 años. Yo no me lo creo mucho.



- En mi mundo a veces salen del suelo enormes setas de humo. Y salen porque los pájaros de hierro sueltan una semilla que llevan en su barriga y cuando la semilla llega al suelo la seta de la que te hablo crece, y crece muy rápido; crece tan rápido y es tan grande que lo ocupa todo y no deja crecer nada más a su alrededor.



- Y en mi mundo la gente todo el día camina, como si fueran trenes que viajan de un sitio para otro sin estación en la que parar. Te puedes subir y bajar del tren cuantas veces quieras, sólo hay una norma que pone el jefe del tren, no vale reírse. Tampoco me gusta este juego pero mi abuela dice que como los pájaros de hierro no se vayan del cielo algún día nos tendremos que montar en ese tren. Pero yo te prometo que me voy a reír. Y mucho mucho mucho, hasta que me duelan los carrillos, hasta que la gente del tren se ría conmigo, hasta que el jefe del tren se ría al compás de mi risa.



- En mi mundo hay enfermeros por todos lados. Mi abuela dice que son enfermeros con gente enferma que juega a ser enferma, pero yo enferma ni jugando quiero.


- Y en mi mundo hacemos muros con sacos de tierra en campos donde ya no queda tierra, para jugar al escondite. Lo que pasa es que nunca sabemos hasta cuánto cuenta el que cuenta. Yo siempre salgo cuando mi abuela dice. Echo a correr a mi casa y cuando llego a la puerta digo: "por mí y por mi abuela" y así nos salvamos las dos.



- Y este es el juguete de moda en mi ciudad, toda la gente lo tiene, hasta los niños. ¡A qué parece de verdad!, pues lo es.



- Y esta es mi escuela, sólo tenemos tres pupitres así que ns los turnamos, aunque yo siempre le dejo mi sitio cuando me toca a mi amigo Moha, que sólo tiene una pierna. Mi abuela me dice que como corre tan rápido se la queda en casa, que no le hace falta; qué cosa más rara.



- Y esta es mi casa.



- Y estas las zapatillas con las que juego al escondite, al tren, a correr...



- Y esta es mi ropa del colegio, y la de jugar, y la de los días de fiesta, y la de dormir..., siempre la misma.



Y la niña se tiró horas contándole a Maia cómo era su mundo.

Aquel día Maia no pudo recoger nada de MAGIA, pues a Noa se la habían robado casi toda.


Maia se quedó muy triste y no quiso seguir caminando más, volvió a su casa y se tiumbó en la cama, creo que hasta lloró un poquito.

Cuando estaba descansando, rodeada de libros y con su baúl "recogemagia", se levantó de un salto y salió de casa caminando más rápido que nunca. Estaba decidida, quería devolverle a Noa y a miles de niños como Noa, el mundo de magia que le habían quitado, y para ello visitaría a cientos de niños/as de todo el mundo con la intención de pedirles que dibujasen en un papel cómo es su mundo, qué cosas hay en él...; recogería esos dibujos y se los llevaría a Noa y a cientos de niños/as como Noa, de esta forma recuperarían un poco de magia, un poco de imaginación, un poco de ese mundo, su mundo, que alguien les había robado.


Y así hizo, y cuando ya tuvo en sus manos los miles de dibujos fue en busca de Noa, y cuando la tuvo delante suya, sentada en aquella piedra al borde del camino, la fue enseñando uno a uno todos los dibujos que le habían regalado los niños y las niñas que había visitado. 













Noa comenzó a reír, y con cada dibujo la risa se hacía más grande y más ruidosa, y poco a poco Noa fue recuperando la magia de ese mundo, su mundo, que un día le robaron, y comenzó a recordar cómo era.

- Un  mundo lleno de castillos.



- Un mundo de trajes bonitos.

- Un mundo de pájaros tan grandes que parecían aviones.


- Un mundo de cielos llenos de estrellas que parecían bailar al ritmo de la noche....


Y Noa no quiso perder nunca más ese mundo, estaba tan decidida a conservarlo que caminó por su ciudad gritando con rabia a los cuatro vientos:

- Este es mi mundo, el mundo de todos los niños y de todas las niñas, un mundo de magia, de colores, de ilusiones..., nuestro mundo; si queréis podéis entrar en él, incluso podéis quedaros a vivir con nosotros, pero con una condición: 

"QUE NO ME LO CAMBIÉIS, 
QUE NO ME QUITÉIS MI MUNDO".


Dicen que aquel día Maia volvió a su casa con su baúl "recogemagia" más lleno que nunca, y no es raro que esto pasara, pues no hay nada más mágico que un niño/a en su mundo de magia.

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