Estos niños perdidos de sus reflejos son los que no quieren mirarse en un espejo porque tienen miedo de mirarse y quedar atrapados en un mundo donde no hay reflejos.
- ¿Me ayudarás a encontrarles todos sus reflejos?, le dijo el reflejo a Juan.
- Claro, ¿Cómo lo hacemos?
- Llevándoles a sus espejos uno a uno.
Y así lo hicieron. Tardaron mucho tiempo, pero uno por uno fueron encontrando su espejo y su reflejo.
Juan volvió a su habitación muy feliz porque había ayudado a muchos niños.
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