sábado, 12 de octubre de 2019

CUENTO: "NOA (una historia del mundo)"

En octubre, se llevaron a cabo varias sesiones 
de cuentacuentos en nuestro centro escolar, 
promovidas por la Fundación CEPAIM.

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  "NOA (una historia del mundo)"

Cuentan que hace mucho tiempo convivían en la tierra de manera pacífica todos los pueblos que en ella habitaban, los del norte y los del sur, del este y oeste, los amarillos, los negros, los blancos, los de pelo oscuro y los de piel pálida ..., y cuentan que una vez al año se juntaban todos en un monte situado justo en el centro de todo para celebrar una fiesta de convivencia, una fiesta en la que reían, bailaban, comían, cantaban y contaban historias los unos a los otros.

En ese monte vivían los más ancianos del lugar, personas sabias que aconsejaban siempre que era necesario.

La fiesta, me contaba mi abuela, duraba días y días y cada pueblo llevaba aquello en lo que se especializó al principio de los tiempos: unos dulces y otros verduras, otros barcos y otros vestidos, algunos las mejores historias jamás contadas y otros los mejores inventos inventados y si inventar.

Después de la fiesta se despedían y se deseaban suerte y salud para todo el año.

Durante mucho tiempo la cosa funcionó a las mil maravillas y fueron generaciones y generaciones las que disfrutaron de esas fiestas y de esa manera pacífica de vivir y de compartir.

Pero un día, nadie sabe porqué, dos tribus no fueron a la fiesta que se celebraba cada año, y de repente los bailes y danzas, las historias y cuentos cesaron y todos empezaron a hacer suposiciones, a buscar razones de la ausencia, que si uno le había robado una oveja a otro vecino de otra tribu, que si uno insultó a otro, que si este no quiso casarse con aquel, que si tal y que si cual, cada uno daba su opinión, y hasta tal punto llegó la cosa que en la fiesta los bailes y cantos, las historias y cuentos fueron sustituidos por riñas y disputas, por suposiciones que no encerraban ninguna verdad, salvo para el que las contaba, incluso, me contó mi abuela, que las más sabias y sabios no supieron qué hacer ante semejante situación.

Ese año la fiesta acabó antes de tiempo y sin los buenos deseos de otros años y, también me contó mi abuela, que desde aquel día la fiesta se dejó de celebrar, nadie sabe aún ni cómo ni por qué.

Pasaron los años, los pueblos y las tribus desconfiaban unos de otros, se hicieron murallas, fortificaciones, trampas ... y se formaron ejércitos para defenderse de los que un día fueron sus amigas y amigos.

Al principio parecía muy raro, pero con el paso del tiempo todos lo vieron como algo normal, ya nadie se acordaba de que hubo un tiempo en el que todos los pueblos del mundo reían y cantaban, bailaban y se contaban historias, nadie excepto una viejecita hija de una hija que era hija de una nieta de la hija de la nieta ... de una de las sabias que en aquellos tiempos vivían en el monte donde las fiestas se celebraban. Y así fue que esa viejecita, gracias a que sus antepasados no dejaron de contar las bellas historias, de mostrar las bonitas canciones y de contar los maravillosos cuentos, se armó de valor y decidió salir a con su bastón a viajar por todo el mundo, a cruzar fronteras, a enfrentarse a ejércitos armada con esos cuentos y esas historias, con la intención de recuperar aquello que un día se perdió, y allí donde llegaba no era bien recibida en un principio, pero en cuanto esa viejecita llamada Noa les contaba las bellas historias que su mamá le había contado, y bailaba los bailes que tantas veces había bailado, los que allí se encontraban se empapaban de esas ganas de vivir, de bailar ... y se unían a ella como queriendo recordar lo que un día en la tierra se hacía, y muchos de ellos y ellas decidían acompañarla en su viaje, en busca de ese monte en el que hacía ya muchos años se celebraban las mejores fiestas nunca celebradas, y en el camino, me contó mi abuela, que Noa cantaba la canción que un día cantaban los que iban a la fiesta:

Voy caminando, voy caminando
y mientras canto esta bella canción
si quieres vente, vamos de fiesta.
Ir todos juntos mola mogollón,
(música de "Qué mentirosa")
 
Y así, a medida que la viejecita avanzaba en su viaje, el número de personas que la acompañaba crecía y crecía, y ya las fronteras no servían para nada, ni los ejércitos, nada les podía parar. Armados con canciones, bailes e historias no había manera de frenar a esa marea de gente.

Y no tardaron mucho tiempo en encontrar el lugar que buscaban, el monte en el que hacía mucho tiempo se habían celebrado tantas y tantas fiestas, y allí, después de quién sabe cuantos años, los que llegaron lo celebraron como antiguamente se hacía, bailando, cantando y contando.

Después cada uno regresaba a su hogar, a su pueblo, e iba contando vecina a vecino lo que habían vivido en aquel lugar mágico, y así fue que al año siguiente el número de personas que asistió fue el doble, o el triple, quien sabe; cada año era más y más gente la que se unía a esa fiesta. Hasta que por fin, un año todos los habitantes de la tierra se juntaron en aquel antiguo monte, y la fiesta duró días; juntos bailaron, cantaron y se contaron miles de historias los unos a los otros.

Me contó mi abuela que esa viejecita se quedó allí a vivir, y que desde aquel día todos los pueblos y todas la tribus del mundo se juntan una vez al año para bailar, cantar y contar historias y para celebrar que todos somos iguales y al mismo tiempo diferentes. 

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La Fundación CEPAIM promociona la paz y la convivencia, insistiendo en la necesidad de basar nuestra sociedad en la educación y valores humanos como la empatía, el respeto a la diversidad y el diálogo entre las personas y los pueblos como camino de progreso conjunto en comunidad.

Lleva a cabo un "Programa para la Promoción de la Integración y la Convivencia Intercultural en el Ámbito Educativo", financiado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Secretaría de Estado de Migraciones, Secretaría General de Inmigración y Emigración, Dirección General de Integración y Atención Humanitaria; y cofinanciado por el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI).



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