domingo, 21 de octubre de 2018

"EL VIAJE DE NASHA" (nacida durante la época de lluvia)

Las alumnas/os de nuestro centro escolar participaron y disfruttaron con esta historia en una sesión de cuentacuento promovida por la Fundación CEPAIM.


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"EL VIAJE DE NASHA
(nacida durante la época de lluvia)

En un mundo de duendes, donde todo era magia y color, alegría y amor, pureza .., donde todo en definitiva era vida, vivía una duendecilla llamada NASHA, cuyo nombre significa nacida durante la época de lluvia. Al igual que su mundo, Nasha era una niña llena de magia y de vida.

A Nasha le gustaba mucho, muchísimo viajar, y aunque no podía hacerlo muy amenudo, era pobre, si que lo hacía con la imaginación, y soñaba con viajar a otros mundos con otros colores, otros habitantes ..., lugares de los que su abuelo le había hablado una y otra vez en los cuentos que les contaba a sus hermanos y a ella a la luz de la lumbre.

Como el mundo en el que vivía Nasha era tan tan tan tan bonito, eran muchos los personajes, llamémosles trolls, que querían hacerse con el poder.


Normalmente las disputas entre estos personajes duraban poco pero de un tiempo a esta parte se estaba librando una batalla cada vez más cruenta que estaba tiñendo de gris el mágico mundo de Nasha.
Una mañana Nasha se levantó y vio como el cielo que hasta el momento había sido de muchos colores, azul oscuro los días de frío, rojo intenso los días de más calor, verde claro en las épocas de florecimiento de las flores ..., ese cielo multicolor se estaba convirtiendo en gris.

 
Nasha no sabía el porqué de aquello, solo sabía que era extraño y que nunca antes había ocurrido, ni siquiera en los cuentos de su abuelo.

Ese mismo día, el padre de Nasha volvió antes del campo en el que sembraba, más preocupado de lo normal, y le dijo a la duendecillas Nasha que se irían de viaje esa misma nocche, que había comprado una barca, que cogería únicamente su globo de viajar y nada más, se iban en busca de otro mundo de color, con gente de colores en el que el cielo no se tiñese jamás de gris.


Deciros que los duendes de este lugar poseían un globo de color en el que guardaban toda la magia, la ilusión y la esperanza que cada uno de ellos poseía, y el de Nasha, como podéis imaginar era un enorme globo verde.


Así que Nasha y su padre se pusieron en marcha rumbo a lo desconocido, se montaron en su barca y se echaron a la mar, con sus globos como único equipaje, durante horas estuvieron viajando solos, Nasha estaba emocionada, pues por fin estaba haciendo un viaje en condiciones, un viaje como el que contaba su abuelo en los cuentos, sin embargo al padre se le veía más preocupado de lo normal, pero Nasha parecía no darse cuenta de este detalle. El color gris se iba apoderando poco a poco del cielo del mundo de Nasha. 


Una tarde que navegaban cerca de la orilla del mar se les acercaron tres niños y sus papás, cargados con su globo de viaje, y les pidieron viajar con ellos en su barca, no tenían suficiente dinero para comprarse la suya propia, el papá miró a Nasha y una sonrisa de esta bastó para que el padre aceptara la petición de aquella familia:- Nuestra barca es pequeña, pero siempre hay sitio para alguien más.

Y allí que se montaron, ya eran siete viajeros con sus siete globos en aquella pequeña barca.


Lo cierto es que el viaje se hizo más ameno, las conversaciones más divertidas, aunque los papis veían con preocupación el avance del gris en el cielo.

Cada vez se veía a más gente emprendiendo viaje, para alejarse de la oscuridad de aquel gris desolador, y como no eran muchos los que podían comprar una basca, les pedía a Nasha y su padre que les dejaran viajar con ellos, una sonrisa de Nasha bastó.
- Nuestra barca es pequeña, pero siempre hay sitio para alguien más. Dijo el padre.

Y la barca empezó a llenarse de viajeros con sus globos, viajeros esperanzados con el mundo nuevo al que se dirigían, pero temiendo ser devorados por el gris del cielo.


El viaje se iba haciendo duro a medida que se adentraban en alta mar, noche y día sin dormir, remando al unísono y haciendo turnos para escapar del gris del cielo; tan duro se hizo el viaje que fueron muchos los que perdieron su globo, y con él todo lo que en su interior viajaba, alegría, esperanza, magia,... y cuando perdían su globo se volvían grises, como marionetas movidas por unos hilos invisibles, su mundo, hasta ahora tan mágico, parecía ponerles duras pruebas para evitar que se fueran, tormentas interminables, olas infinitas, monstruos marinos..., algunos de los viajeros no sobrevivían y otros, crecidos ante la adversidad, recuperaban sus globos con ayuda de sus compañeros de viaje.



Nasha nunca perdió su globo, al contrario, a medida que el viaje avanzaba el globo se llenaba más y más, todos se acercaban a ella cuando temían perder el suyo, y esta les contaba las historias que su abuelo un día le contó a ella.


Después de largos días de viaje por el mar, el padre de Nasha divisó tierra, allí estaba el nuevo mundo, un mundo de magia y color, como el que un día fue su mundo. Con fuerza remaron hasta la orilla y pusieron sus pequeños pies en la arena de aquel nuevo lugar, el alivio de sentir tierra firme después de tanto tiempo fue inmenso, se creían a salvo, se sentían a salvo.

 

Caminaron un par de días, con sus globos de viaje, observando el cielo, asegurándose de que el gris de su mundo no llegaría hasta allí, era todo tan hermoso como un día lo fue su mundo. Por fin vieron casas, campos... y lo que parecían duendes, una multitud de ellos, todos andando de un lado para otro sin hacer caso de aquellos nuevos visitantes, y práctimente todos llevaban consigo un globo de color gris o negro encima de sus cabezas, todos menos los más pequeñitos.


Nasha no entendía como tantos duendes podían tener sus globos de ese color, si su mundo era perfecto, como un día lo fue el suyo.


Algunos de los habitantes de este nuevo mundo se encargaron de pinchar los globos de los compañeros de Nasha, pero esta se aseguraba de que lo recuperasen lo antes posible, otros sin embargo se acercaban y charlaban, se escuchaban, se admiraban, y los globos entonces aumentaban de tamaño, Nasha se dio cuenta de que no todos eran iguales, y se acordó de lo que un día le dijo su abuelo en uno de los cuentos, el cielo de cada mundo se colorea según el color de los globos de los que en él viven, el cielo de su mundo había perdido el color porque los duendes que en él vivían habían perdido la magia, la alegría, estaban obligados a luchar en una guerra gris que no tenía nada que ver con ellos.

Entonces miró al cielo del nuevo mundo y vio que había muchos colores, y entre ellos estaba el gris, a veces la mancha era grande, otras pequeña, y entonces Nasha se propuso que el color gris del cielo, fruto del color de los globos de los que allí vivían, desapareciera.

 

Contagio todo aquello que su globo tenía con todo aquel con el que se encontrase. Todo es cuestión de conocerse, de hablar, de compartir momentos y risas.


Pero al igual que en el mundo de Nasha, en aquel nuevo mundo había muchos trolls, trolls que querían pinchar los globos de los recien llegados, y por desgracia algunos de estos trolls mandaban sobre el resto.


Nasha no podía creer lo que estaba viendo, tuvieron que refugiarse en algunas casas de los duendes con globos de colores, menos mal que aquel mundo aún tenía algo de color, seguramente su abuelo se sorprendería de cómo era aquel lugar del que tanto le había hablado. 

 

Pero Nasha no perdía la esperanza, sabía que allí también había duendes buenos con globos de colores, solo era cuestión de encontrarlos, y Nasha y todos los que le acompañaron en ese largo viaje consiguieron hacerse un hueco en el nuevo mundo al que acababan de llegar, y la vida se puso de colores para ellos y ellos pusieron la vida de colores para los duendes del nuevo mundo.


Todos somos duendes y vivimos en mundos donde existen las hadas, las brujitas buenas y malas, los trolls... y de nosotros depende que el globo que nos acompaña sea gris o por el contrario esté cargado de experiencias, de charlas, de música, de encuentros, de risas, de colores..., y que tú, ¿qué tipo de duende eres?

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La Fundación CEPAIM lleva a cabo un "Programa para la Promoción de la Integración y la Convivencia Intercultural en el Ámbito Educativo", financiado por el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI) y la Dirección General de Migraciones (DGM). Con dicho programa pretende sensibilizar sobre la migración y la realidad de los refugiados y desplazados por las guerras.

Es una organización independiente que da respuestas a dinámicas sociales relacionadas con la migración y con la exclusión social.
Contribuyen a mejorar la comunicación, la relación, el intercambio y la integración intercultural entre personas o grupos que comparten un territorio y pertenecen a una o varias culturas diferentes.

Favorecen la participación activa de todos sus miembros

Trabajan sobre las causas y las consecuencias de las situaciones que generan injusticia, desigualdad y discriminación.

Buscan soluciones y estrategias de intervención en contextos cambiantes.

Interviene en situaciones de exclusión social y déficit de integración que sufren algunos inmigrantes.

Favorece que los derechos humanos, sociales y políticos alcancen a los sectores más desfavorecidos de la sociedad e impulsan la participación social y política de las personas inmigrantes.

Favorece que las personas más vulnerables tengan un espacio y un reconocimiento en la sociedad, se sientan parte del territorio y establezcan relaciones entre los individuos y los grupos.

Emplean metodologías transversales en los programas y actuaciones que faciliten el desarrollo de la competencias individuales.



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