Un cuentacuentos de la Fundación CEPAIM
nos narró esta emocionante historia.
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En un pueblo, no muy lejos de aquí, vivía mucha gente (panaderos, maestros, floristas, zapateros, carniceros, pescaderos, cocineros, abogados, médicos,...).
Un día esa gente escuchó una música que venía de una montaña cercana. Nadie sabía el porqué de aquella melodía ni quién cantaba.
De repente, los habitantes del lugar comenzaron a sentir miedo al escuchar la letra de la canción procedente de alguien con voz grave y fuerte:
"Soy el monstruo bocaos
y vengo de aquí al lado.
Quiero comerme a un niño
empezando por el costao.
Muerdo por aquí,
muerdo por allá,
muerdo por delante,
muerdo por detrás."
Un gran monstruo apareció y, al verle, todos se fueron corriendo a sus casas.
Pepito estaba jugando a la pelota en la plaza del pueblo y no había visto al monstruo. Sin darse cuenta dio una patada a la pelota y ésta le golpeó en el culo.
El monstruo muy enfadado gritó:
- ¡Te voy a comer!
- ¡No me comas, por favor! - exclamó el niño.
Pero el monstruo se le comió de un bocao y siguió caminando para ver si encontraba a más niños.
Alegre cantaba:
"Soy el monstruo bocaos
y vengo de aquí al lado.
Quiero comerme a un niño
empezando por el costao.
Muerdo por aquí,
muerdo por allá,
muerdo por delante,
muerdo por detrás."
Carlitos jugaba con un monopatín en una calle larga. Al verle el monstruo se acercó y le preguntó:
- ¿Qué pasa chaval?
El niño asustado no supo que decir y se quedó muy quieto.
El monstruo exclamó:
- ¡Te voy a comer!
- ¡No me comas, por favor! - exclamó Carlitos.
Pero, rápidamente, el monstruo abrió su enorme boca y se le comió de un bocao.
Continuó su camino cantando:
"Soy el monstruo bocaos
y vengo de aquí al lado.
Quiero comerme a un niño
empezando por el costao.
Muerdo por aquí,
muerdo por allá,
muerdo por delante,
muerdo por detrás."
De pronto, el monstruo vio a una niña que se llamaba Olivia.
Ambos se miraron.
- ¡Te voy a comer!
- ¿Qué dices? - preguntó la niña.
- ¡Te voy a comer!
- ¿Por qué me vas a comer?
El monstruo no supo qué responder y se quedó callado.
- Si no te has lavado las manos no me puedes comer porque dice
mi abuela que te entrará cagalera - dijo Olivia.
La niña siguió haciendo preguntas al monstruo, pero como éste no sabía qué decir, se quedó estupefacto.
Al cabo de un rato se marchó del pueblo y nunca más regresó.
Se apuntó a una escuela de monstruos para aprender todas las respuestas a las preguntas.
Después, fue recorriendo el mundo y comiéndose a todos los que no sabían hacerle preguntas que no pudiera contestar.
"Soy el monstruo bocaos
y vengo de aquí al lado.
Quiero comerme a un niño
empezando por el costao.
Muerdo por aquí,
muerdo por allá,
muerdo por delante,
muerdo por detrás."
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Mira que monstruos dibujamos después
de escuchar el cuento: