Había una vez en un bosque, de noche, un niño que se llamaba Valentín.
Estaba pidiendo "truco o trato", hasta que de repente se encontró con una casa rodeada de un bosque.
Dentro vivía una bruja mala que todos los Halloween fastidiaba a los niños.
Los quería meter en su casa para comérselos.
La bruja cogió a Valentín, pero él se escapó y ayudó a los niños que tenía encerrados.
Entre todos hicieron un plan para que no volviera a fastidiar más a los niños.
Fueron a casa de la bruja y la tiraron una poción para que se convirtiera en rana.
Y así es como la derrotaron.
Los demás años fueron felices y comieron perdices.
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