Tienen historia los palomares
en superficies verticales,
fuente de alimento para hogares,
jaulas como caudales.
Pichones tiernos
para sanos y enfermos,
dieta frecuente en otro tiempo.
Mensajeras fiables,
certeras en sus viajes.
Hoy menos apreciadas y contantes
por su estiércol dominante
en torres, tejados y estandartes.
Estercolan cualquier parte.
Demasiado abundantes,
asustan incluso a los viandantes,
dispuestas siempre a cazar instantes.
Algunos las alimentan con devoción
pese a la prohibición
en casi todas partes reinante.
El color enriquece su plumaje evidente.
Voladoras grandes
Sin miedo a perder su rumbo
vagan por más de medio mundo
llevando su arrullo a todas partes.
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