Un niño llamado Pedro se levantó como cualquier otra mañana, pero ese día no iba a ser igual que los demás.
Al mirarse al espejo se dio cuenta de que su reflejo le estaba hablando, le decía que le iban a poner un examen maldito en el que tenía que sacar un nueve para evitar la maldición. Pedro se desilusionó al sacar un ocho.
Al llegar a casa preguntó a su reflejo que cómo podía deshacerse de la maldición, éste le dijo que necesitaba hacer una tortilla con tres huevos, cuatro salchichas y cinco lonchas de queso.
Pedro fue a la nevera, cogió los tres huevos y las cuatro salchichas pero no encontró el queso. Se lo pidió a su vecino, que tampoco tenía. Al final tuvo que ir a por el queso al supermercado pero como no le llegaba el dinero, volvió a casa a por más. De nuevo caminó al supermercado y lo compró. Después pidió a su madre que le hiciera una tortilla con todos los ingredientes.
Pedro se comió la tortilla y al rato le desapareció la maldición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario